El bullying (proviene de bully, que en inglés significa tiranizar, intimidar) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre iguales de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado. No necesariamente tiene que ser en el ambito escolar, pero la mayoria de las veces es ahí donde repercute más este tipo de situaciones en niños y jóvenes.
Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia (12-13 años).
Los abusadores puede ser niños o niñas, aunque la tendencia es más marcada a los hombres.
El cyberbullying es una nueva forma de bullying, de acoso, que consiste en utilizar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, principalmente Internet (correo electrónico, mensajería instantánea o chat, páginas web, blogs, juegos online…), y el teléfono móvil, para hostigar y acosar a los compañeros, para ejercer el acoso psicológico a otros iguales. El cyberbullying es una conducta agresiva e intencional, realizada mediante dispositivos electrónicos, por parte de un individuo o grupo sobre una víctima que no puede defenderse por sí misma fácilmente, y que se repite de forma frecuente en el tiempo.
El cyberbullying se asemeja al bullying en que:
1) es una conducta agresiva, violenta, de acoso, premeditada
e intencionada;
2) se encuentra fundamentada en una relación asimétrica de control y poder-sumisión
sobre otro; y
3) es repetitivo.
En algunas ocasiones, el cyberbullying es una forma de extensión del bullying, un modo más para producir acoso y hostigamiento, aunque no sea físico; en otros casos, el acoso se inicia en la Red y pasa luego a la vida real; y otras veces, comienza y sigue como cyberbullying. Pese a las semejanzas, el cyberbullying difiere de otras formas de acoso presencial, porque:
1) la víctima no puede escapar, puesto que continuamente está recibiendo mensajes en su móvil u ordenador;
2) puede alcanzar audiencias muy grandes, si lo comparamos con los grupos reducidos a los que habitualmente llega el acoso presencial;
3) no es una experiencia “cara a cara” y concede al acosador cierta invisibilidad (pseudónimos…);
4) el contenido del hostigamiento electrónico puede ser imperecedero; y
5) es fácil porque no implica un enfrentamiento físico con la cibervíctima.
Cada vez el uso de las nuevas tecnologías esta más al alcance de personas mas jóvenes y si hay prevalencia de comportamientos violentos, agresores pueden facilitar el anonimato y convertirlo en un medio para practicarlo. Y, bajo esta misma premisa y los agrredidos por el comportamiento introvertido, puede denunciar o compartir éste tipo de acciones y se convierten en víctimas más fáciles y sin recursos para defenderse.
Lectura:
Garaigordobil, M. (2013). Cyberbullying. Screening de acoso entre iguales. Screening del acoso escolar presencial (bullying) y tecnológico (cyberbullying). Madrid: TEA.
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